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Francia: Imponen toque de queda para menores de edad |
Varias ciudades francesas han impuesto toques de queda nocturnos a niños y adolescentes tras una oleada de violencia relacionada con el tráfico de drogas, que el año pasado dejó 110 muertos en todo el país.
Tras Béziers o Limoges, la última en adoptar esta controvertida medida ha sido Nimes, en el sur del país.
Las autoridades alegan que la decisión tiene por objeto evitar que los menores de 16 años se vean "expuestos a la violencia" y que busca asimismo "contener las tensiones" que han azotado recientemente ciertos barrios de la ciudad. También han anunciado que reforzarán la presencia policial.
La medida, que entró en vigor el 21 de julio, se impondrá durante 15 días, prorrogables, en seis barrios empobrecidos y gangrenados por el tráfico de drogas de la ciudad.
A lo largo del último mes, varios tiroteos, uno de ellos a plena luz del día, dejaron un muerto y varios heridos en esta ciudad de la región de Occitania.
La semana pasada se encontró el cadáver parcialmente calcinado de un joven de 19 años en las afueras de Nimes.
Al anunciar el toque de queda, vigente entre las 21:00 y las 06:00, el alcalde Jean-Paul Fournier afirmó que la situación se había vuelto "insostenible" y que los traficantes de drogas habían creado un "clima de miedo y terror".
El teniente de alcalde Richard Schieven afirmó que el toque de queda protegería a los menores que no están involucrados en el tráfico de drogas, "pero también a los niños de 12 o 13 años que son explotados por los narcotraficantes".
Béziers, a 120 km al suroeste, tiene desde el año pasado un toque de queda para los menores de 13 años entre las 23:00 y las 06:00, y en marzo pasado lo amplió a los menores de 15 años en tres barrios. La medida se aplica de abril a septiembre y durante las vacaciones escolares.
"Ningún niño de 10 años que esté en la calle a las dos de la mañana está haciendo otra cosa que causar problemas", declaró el alcalde Robert Ménard, cercano a la extrema derecha, en 2024.
A pesar de las medidas, Béziers sigue plagada de violencia. El fin de semana, unos jóvenes encapuchados atrajeron a la policía y luego los atacaron con fuegos artificiales, según informaron los medios locales.
Un incidente similar ocurrió en Limoges, en el suroeste de Francia. La ciudad también ha impuesto medidas de toque de queda para los menores de 13 años durante las vacaciones de verano, pero tras los disturbios en los que participaron 100 personas el pasado fin de semana, el alcalde Émile Roger Lombertie afirmó que los resultados de estas medidas "no eran buenos".
"Hubo disturbios protagonizados por jóvenes, nadie logró interceptarlos y detenerlos, y el toque de queda fue inútil", afirmó Lombertie al canal BFMTV, quien añadió que se necesitaba más policía para hacer cumplir las medidas.
Hace dos años, se produjo una gran indignación en Nimes cuando un niño de 10 años, Fayed, murió por una bala perdida en el barrio de Pissevin.