| Revolución Educativa: La IA transforma la universidad del siglo XXI |
Por Licda Josmir Pérez
La integración de la inteligencia artificial (IA) en la educación superior surge como un catalizador de cambio disruptivo que está redefiniendo el panorama académico contemporáneo. En instituciones como las de Ecuador, se vive actualmente una transformación digital para ajustarse a las demandas de una sociedad que depende cada vez más de la tecnología.
Esta evolución ha consolidado el aprendizaje híbrido, una modalidad que amalgama la instrucción presencial tradicional con innovaciones telemáticas para enriquecer el proceso de enseñanza. Este enfoque no solo busca modernizar la educación, sino también fomentar la proactividad y autonomía del alumnado, optimizando la formación del talento humano indispensable para el progreso social y económico.
Entre las virtudes de esta tecnología sobresale la personalización del aprendizaje y la eficiencia en la retroalimentación dinámica. El mercado ofrece diversos utilitarios que facilitan estas tareas: por ejemplo, ChatGPT permite generar respuestas técnicas y coherentes a las dudas frecuentes de los estudiantes, liberando carga operativa a los educadores. Por su parte, aplicaciones como Socrative posibilitan la creación de evaluaciones interactivas desde cualquier dispositivo móvil, mientras que Google Classroom optimiza la gestión de materiales y la calificación automática de asignaciones. Para salvaguardar la integridad académica, sistemas como Plagscan y Turnitin actúan detectando la deshonestidad y garantizando que los trabajos entregados sean inéditos.
Sin embargo, este despliegue tecnológico enfrenta obstáculos críticos, especialmente la brecha digital, que puede acentuar las desigualdades educativas si no se garantiza un acceso equitativo. Es imperativo que los gobiernos y las autoridades universitarias implementen políticas inclusivas que aseguren la transparencia, la seguridad de los datos y una formación permanente para el profesorado.
La transición de un modelo educativo 3.0 hacia uno 4.0 requiere que los docentes asuman roles de gestores del conocimiento, utilizando la IA de manera ética para construir un sistema más justo y accesible. Al abordar estos retos de forma proactiva, las instituciones podrán aprovechar el potencial de los recursos digitales para preparar a los jóvenes ante los desafíos del futuro.
Integrar la IA en la universidad es como dotar a un navegante de una brújula de alta precisión: no sustituye la pericia del capitán para dirigir la embarcación, pero le permite encontrar la ruta más rápida y certera a través del vasto océano de la información.
| Licda Josmir Pérez |
La autora es candidata a doctora en el uso de la Inteligencia Artificial Generativa para la enseñanza de la Lengua en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; magíster en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Español (UASD). Docente en universidades nacionales e internacionales.