El cambio climático está alterando rápidamente el modo de vida del pueblo indígena wayúu, un grupo indígena seminómada que vive en la árida región de La Guajira, que se extiende por el norte de Colombia y Venezuela.
Las prolongadas sequías, intensificadas por el cambio climático, han agravado la escasez de agua, poniendo a prueba el ya limitado acceso de los wayúu al agua potable y a los recursos para la ganadería y la agricultura. A medida que las lluvias se vuelven más irregulares, aumenta la inseguridad alimentaria, los cultivos se pierden y el ganado lucha por sobrevivir.
También aumentan los riesgos para la salud: las olas de calor incrementan la deshidratación y los fenómenos climáticos extremos provocan inundaciones y enfermedades transmitidas por el agua.
Su modo de vida también se ve amenazado por la construcción de parques eólicos por parte de empresas y gobiernos que quieren aprovechar el potencial eólico de la región.
Gran parte de la población wayúu conserva formas de vida tradicionales, seminómadas, en “rancherías”, chozas con techo de paja, hechas de cactus secos y barro, y cría ganado vacuno y caprino. También tienen un sistema de gobierno tradicional y leyes basadas en sus prácticas culturales y espirituales.
La reivindicación de la mochila wayúu, el motor de la economía en La Guajira
El empeoramiento de las condiciones ha obligado a muchos wayúu a emigrar, ya sea a centros urbanos o a través de las fronteras, intensificando aún más sus dificultades socioeconómicas. Este desplazamiento amenaza sus medios de vida tradicionales de agricultura, pesca y pastoreo. Las repercusiones van más allá de la economía, ya que la identidad cultural de los wayúu, arraigada en su conexión espiritual con la tierra, también está en peligro.
Luciane Mengual, de 22 años, madre de dos hijos de la comunidad wayúu, vive con su madre, Nelly, de 47 años, en un asentamiento informal llamado Villa del Sur, a las afueras de Riohacha, en el norte de Colombia. La familia emigró desde Maracaibo, Venezuela, cerca de la frontera, en busca de mejores oportunidades ante las penurias económicas en Venezuela.
Su casa, construida con materiales de desecho como hojalata, madera y lona de plástico, se encuentra en una zona devastada recientemente por inundaciones extremas. La región de La Guajira, habitualmente seca, se ha visto afectada por inundaciones cada vez más frecuentes e intensas, que han sumergido viviendas improvisadas que carecen de servicios básicos como agua corriente o sistemas de alcantarillado. Los fuertes vientos, típicos de la zona, suelen arrancarles el tejado, amenazando aún más sus frágiles condiciones de vida.
![[object HTMLTextAreaElement]](https://resources.diariolibre.com/images/2025/02/21/ap25052678358053.jpg)
Una familia indígena wayúu descansaba en un chinchorro, una cama tradicional tejida que muchos prefieren a los colchones. A diferencia de una hamaca normal, el chinchorro tiene un diseño cerrado y alargado, con lados que envuelven suavemente el cuerpo y ofrecen una sensación similar a la de un capullo. Los wayúu lo consider...Mundo, América Latina, AP, Riohacha, Colombia, Indígenas, WAYÚU, BC-REP-CLI, pueblo indígena, pueblo indígena