En los años 60, la idea de beber agua purificada era aún una novedad en la República Dominicana. El acceso al agua potable y segura se limitaba principalmente a marcas internacionales que dominaban el mercado, y los dominicanos sin alto poder adquisitivo recurrían al tradicional método de hervir el líquido en casa para garantizar su consumo.
Fue ante este contexto que Juan Dauhjare, conocido como Johnny, comenzó a gestar la idea de purificar agua después de una visita a Venezuela, donde observó que ya se usaban filtros sofisticados en la producción de refrescos, que podrían utilizarse para el agua, esto despertó la posibilidad de crear algo similar en el país al contar con los equipos de su fábrica familiar de gaseosas Dumbo.
"Recuerdo que mi tío, cuando probó el agua de nuestra fábrica de refrescos, me dijo que tenía un sabor excelente y que podríamos hacer algo con eso. Fue ese comentario el que me encendió la chispa", señala Dauhjare, con una sonrisa que delata lo que fue un momento crucial en su vida.
Para ese momento, el mercado dominicano solo conocía el agua importada, como Polan, que se vendía en botellas de vidrio y tenía un costo inaccesible para muchos.