Máquinas inteligentes ¿Imitación humana?

Máquinas inteligentes ¿Imitación humana?

Por Licda Josmir Pérez

La disciplina de la Inteligencia Artificial (IA), al igual que el ser humano con todas sus particularidades, ha experimentado un proceso de evolución significativo a lo largo de los años. La IA se define como la combinación de algoritmos diseñados con el propósito de crear máquinas que exhiban las mismas capacidades que el ser humano, como el aprendizaje o el razonamiento lógico. Si bien en sus primeras etapas se centró en la resolución de problemas lógicos y matemáticos, su influencia ha permeado la gran mayoría de los procesos cotidianos. Este avance se da en pro de aportar a la mejora de la calidad de vida de la humanidad, pero, a su vez, impone importantes retos a nivel técnico, tecnológico y, especialmente, ético.

El camino hacia la IA moderna comenzó a perfilarse ya en 1637, cuando René Descartes planteó la posibilidad de robots que pudieran pensar o de vida artificial. No obstante, uno de los científicos precursores más relevantes fue Alan Turing, quien en 1950 propuso que la inteligencia informática del futuro debía ser una máquina capaz de aprender de la experiencia y de modificar sus propias instrucciones. 

El término "Inteligencia Artificial" fue acuñado formalmente por John McCarthy en la Conferencia de Dartmouth en 1956, estableciendo los fundamentos de esta nueva disciplina con el objetivo de construir una máquina capaz de realizar acciones inteligentes más allá de los cálculos numéricos. A partir de allí, se han sucedido hitos fundamentales, como el desarrollo del lenguaje de programación Lisp en 1958 y la creación de ELIZA, considerado el primer bot conversacional, en 1966. 

La superioridad de la IA se hizo evidente en 1997, cuando el computador Deep Blue de IBM venció al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Los conceptos actuales de IA se centran en los "agentes inteligentes" y se clasifican en sistemas que intentan emular el pensamiento racional o el comportamiento humano, o que buscan directamente pensar o actuar como humanos.

Hoy en día, la IA está inmersa en múltiples aspectos del diario vivir. En el sector salud, su uso permite recolectar datos para generar patrones que ayuden a identificar factores genéticos susceptibles a enfermedades, además de emplear chatbots para asistir en diagnósticos de síntomas. En la logística y el transporte, la tecnología permite usar semáforos inteligentes y dispositivos con autonomía para optimizar el tráfico en las ciudades y reducir los tiempos de respuesta. 

En el comercio, la IA apoya a las organizaciones para realizar pronósticos de ventas y recomendar productos, como lo hace Amazon con sus robots. De cara al futuro, las máquinas continuarán invadiendo campos complejos: se espera que en 2027 las máquinas puedan conducir camiones, reduciendo la tasa de accidentes, y que para 2053 los robots tengan la capacidad de realizar cirugías, aumentando la seguridad en los quirófanos. 

Ante estos avances, la humanidad se enfrenta a una discusión abierta: si bien los procesos se están llevando a cabo de manera más rápida, exacta y económica, queda por ver si el ser humano está siendo reemplazado o apoyado en tareas mecánicas para aprovechar el tiempo en otro tipo de actividades.

Licda Josmir Pérez

La autora es Magíster en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Español en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), licenciada en Educación Mención Lingüística y Literatura, egresada de la Universidad del Caribe (UNICARIBE). Docente en universidades nacionales e internacionales.