Cuevas del Pomier: el tesoro de República Dominicana, en peligro

Los primeros escritos sobre las cuevas del Pomier datan de hace más de 500 años. Fray Ramón Pané acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje al nuevo mundo y se convirtió en el primer arqueólogo en América.

Más tarde, en 1523, Pedro Mártir de Anglería organizó un viaje al Pomier para hacer un estudio teológico. Este cronista quería encontrar una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Por qué los indios de alrededor del continente (México, Colombia, Venezuela...) visitaban las cuevas cada cierto tiempo? 

Las cuevas del Pomier contienen pictografías precolombinas extraordinarias. Estas pinturas, las primeras rupestres encontradas en el mundo, son un espejo de cómo eran los ancestros que habitaban la isla. A través de ellas, podemos conocer la cultura de los taínos: sus costumbres, sus miedos, placeres e inquietudes.

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Infografía
Pintura precolombina de un ave con personas entre sus pezuñas. (EDDY VITTINI)

Las pictografías de las cuevas cuentan historias y definen las creencias de los antiguos habitantes de la isla. Como esta, que según los historiadores representa un ave grande agarrando a una persona. Se cree que había un animal que, en lugar de ser cazado por el taíno, cazaba al taíno. Además de esta pintura, en las cuevas se pueden ver representados ritos, chamanes, animales y mucho más.