Las analíticas del prospecto Ismael Ureña Pérez horas antes de morir muestran un cuadro médico que explica las causas del trágico desenlace y su posible vinculación con el uso de esteroides anabólicos, como plantean sus familiares ante los tribunales. Tenía el hígado destrozado.
Si para medir el amonio en la sangre las muestras de laboratorios indican que 0.17 es baja y 0.80 alta entonces la última suya topó los 4.92… un 515 % por encima del límite.
El amonio en sangre es un producto de desecho que se produce en las bacterias intestinales y que puede ser tóxico para el cerebro. Los niveles elevados pueden sugerir problemas en el hígado o los riñones, ya que estos órganos son cruciales para procesar y eliminar el amonio.
La prensa tuvo acceso a los resultados de los análisis que se entregó a los familiares del pelotero fallecido y tras consultar a especialistas concluyen que el lanzador que se entrenaba en la Yordy Cabrera Baseball Academy tenía un fallo hepático grave. Las pruebas se realizaron en un laboratorio privado con certificación internacional.
Se confirmó lo peor
Pero se trataba de la primera gran señal de alarma para los especialistas que atendieron al adolescente de apenas 14 años. En la prueba de SGOT o AST o (aspartato aminotransferasa), utilizada para diagnosticar daño o enfermedad en el hígado, los parámetros normales son 10.00 y 41.00. Sin embargo, los de Ureña llegaban a 1087.00, es decir, un 2,551 % más alto del listón que enciende la luz roja.