La Torre Da Silva 3 permanece sumida en el silencio y la calma, a una semana de la fatídica fumigación en el apartamento 9 que acabó con la vida de Adele Ruiz de León y su bebé de dos meses, y que mantiene en estado de salud delicado a su esposo y a su hijo de un año y tres meses.
El Gobierno dispuso la evacuación total de la torre por los altos riesgos que representa para la salud el fosfato de aluminio, pesticida utilizado para fumigar en el apartamento.
Las ventanas abiertas y las cortinas descorridas a lo largo de los 13 pisos de la torre indican que hay o hubo presencia reciente de personas en alguno de los apartamentos. Incluso, desde el tercer piso se observa un tendedero portátil con ropa colgada. Sin embargo, no se ve a nadie próximo a las ventanas o a los balcones.
No hay agente de seguridad frente a la recepción, que está totalmente vacía. Al llamar al intercom no hay respuesta, como pudo constatar Diario Libre en una visita al edificio, ubicado en el sector Piantini.