POR DANIEL MENA.
Puedo asegurarlo, porque mis pronósticos están escritos y no podrán ser borrados, debido a que forman partes de uno de los periódicos de las redes sociales, el nuevo diario digital, dirigido por mi hermano y compueblano, el excelente ciudadano de mi provincia Montecristi, el Licenciado Persio Maldonado, que lo que voy a decir es una continuación de mi percepción acerca de uno de los líderes de mayor relevancia en la actualidad, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Cuando nadie creía que podía ser una opción valedera, dije que su triunfo escandalizaría el mundo, por sus atípicas formas de presentar sus propuestas al electorado de su país, el cual se había cansado de promesas y de la voracidad del Estado para mermar sus capacidades adquisitivas.
En el año que lleva gobernando, el presidente actual de los Estados Unidos de América, Donald Trump ha sido atacado por todos los frentes posibles. Sin embargo, y esta es mi opinión personal, es de los pocos políticos en el mundo actual, que se ha empeñado en cumplir sus palabras, pase lo que pase. Es un hombre de palabra.
Uno de sus principales retos tiene que ver con el manejo de la política exterior y de seguridad de su país, teniendo como flancos principales a los eternos adversarios del estado de Israel y el inquieto y díscolo gobernante de Corea del Norte.
El mundo de hoy es distinto a cualquier mundo anterior. Por ejemplo, la época actual difiere de la que el protagonismo principal lo tuvo el psicópata Adolfo Hitler, considerado un ser despreciable de la historia, por sus deseos de someter a la humanidad a sus designios.
Ese hombre fue capaz de desarrollar las más formidables herramientas de guerras, con el fin de complacer la megalomanía de poner a sus pies a la humanidad. Lo que le sucedió no es el objeto de este artículo.
La ambición de Hitler no era destruir al mundo, sino conquistarlo. En esa conquista, terminó en el zafacón de la historia, como un ser despreciable, debido a que fue capaz de las peores ignominias con tal de complacer su ego.
Sin embargo, para aquellos que hablan de una supuesta tercera guerra mundial, en la actualidad, los escenarios no son diferentes. La gran potencia del mundo, los Estados Unidos, ni las otras grandes potencias, jamás promoverán sus autodestrucciones, ni sus aniquilamientos. Ellas solo deberán demostrar sus grandezas.
Aquellos que quieren descalifican al presidente Trump tildándolo de loco, se encuentran atrapados en sus propios laberintos. Quienes formulan teorías de locuras de un presidente atípico, es porque no están relacionados con los reciclamientos históricos donde se necesitan líderes que rompan los moldes de los acomodamientos, para evitar que los verdaderos locos de la humanidad destruyan la creación.
En momentos de grandes convulsiones, si no actúan los hombres, lo hace la naturaleza. Si usted no ha estudiado el devenir de la historia de la raza humana, es bueno que busque en cada período universal, en los que momentos como los actuales, presagiaban tormentas milenarias.
Quiera usted creer o no, en cada período del planeta tierra, cuando se cree que viene la aniquilación total, se producen intervenciones inusitadas para poner en orden el desorden. Lea en los libros de las distintas corrientes filosóficas, espirituales o religiosas humanas para que compruebe que este planeta nuestro ha tenido guardianes universales que lo han protegido contra los que han intentado destruirlo.
Soy de los que sustenta la posición de que ahora sucederá lo mismo. Quienes intenten destruir la humanidad, recibirán sus pagas. En lo que sí estoy bien claro es que la humanidad está en medio de grandes cambios, siendo la incertidumbre y el caos partes de este nuevo escenario global.
Si usted quiere lograr sentirse tranquilo en medio de las tormentas, mi sugerencia es conectarse con la mente maestra de Dios, sin importar el nombre que usted le tenga. El mío tiene su nombre.
Uno de los países que forma parte del ajedrez mundial actual, se llama Israel. Detrás de ese nombre, hay mucho más que una religión o una interpretación bíblica, a mi entender, siendo un neófito de la materia, pero entiendo que Israel no es solo un Estado nacional; es un arquetipo universal. Si usted no lo entiende, podrá desarrollar odios o incomprensiones.
Israelitas y no israelitas merecen respetos, pero esa pequeña nación representa algo más que un Estado.
En conclusión, los embates en el mundo, sea el medio oriente, el lejano oriente, América, África, Europa, Asia o Eurasia, la humanidad, en toda su historia, ha producido gobernantes emocionalmente fuera de sí, quienes han encontrado en sus propios entornos quienes hayan sido capaces de pararlos. O los paran sus iguales o una fuerza incontrolable por ellos, sea natural o espiritual, los hará piezas de museos.
Nadie en estos momentos globales puede inventar destruir el mundo, sin caer primero como víctima de sus locuras, aunque deje estelas de destrucción y muertes. Este planeta tierra tiene su propio escudo para supervivir.
Yo apuesto a que al igual que sucedió después de la gran caída del Paraíso; de los embates del diluvio universal o la caída humana por la sodomización y perversión del mundo, estaremos en nuevos amaneceres, donde las fieras de las guerras o las lenguas viperinas que atormentan los sueños planetarios, la humanidad adoptará la Paz, el Amor y La Felicidad como sus recursos de supervivencias.
El autor es Abogado. Escritor. Networker. Ex Juez de la República Dominicana. Novelista. Ensayista y Coach.
